Circustancialmente ayer noche y no sé todavía porqué, muy de madrugada volví a abrir "2666", un libro que cuando lo leí por primera vez, ya hace más de un año, me impresionó brutalmente.


Y hace literatura del horror y, al hacerlo, conserva al mismo tiempo el honor de las víctimas y el honor de la literatura, encarando uno de los problemas morales menos transitables de la creación artística.
No es fácil su lectura. Pero sí, muy recomendable.
Casualmente me ha llegado esta mañana un mensaje al correo de Amnistía Internacional .

Pocas palabras puedo añadir; tan sólo, verdad y justicia para estas más de 427 mujeres asesinadas y desaparecidas; homicidios sin resolver, con un gobierno que no sólo no toma partido en el asunto si no que durante los últimos 10 años ha intentado tratar los diferentes crímenes como violencia común del ámbito privado, sin reconocer la existencia de un patrón persistente de violencia contra la mujer que tiene raíces más profundas basadas en la discriminación. La política de la desinformación y la falta de acceso a los expedientes han sido una constante. No se ha mostrado interés ni por sistematizar la información de los casos reportados ni por crear un registro de datos eficaz que facilite las investigaciones, la búsqueda y la sanción de los presuntos responsables de los crímenes.