9 de julio de 2008

en verano



Se ha llenado la casa de luciérnagas.

Regalé las almendras
y de las dulces

hice un aceite reparador de heridas.


El aroma de la inocencia
entra por la ventana.

Cada noche se ilumina
el colchón
de sonrisas y sueños.

Hemos llenado la casa de luciérnagas...



[y los duendes danzan en el salón]


http://musicovery.com/

8 comentarios:

nomadas de las fiesta dijo...

tienes un blog muy interesante me ha encantado poder visitarlo,la verdad que lo haces ameno de leer y pienso que no te importa dedicarle el tiempo necesario al blog sigue asi,te invito a visitar mi blog y a devolverme el comentario,gracias y suerte con tu blog

momo dijo...

No , no ha sido por casualidad

JuanMa dijo...

Nunca se tienen suficientes luciérnagas...
(Ni suficientes besos, así que ahí van unos cuantos, de colores).

Anónimo dijo...

¿Sueñan las luciérnagas con bombillas eléctricas?

Sonita dijo...

son esos duendes que traen la magia y le confieren al bàlsamo de almendras su caracter magico..
hermoso poema lleno de sensibilidad y dulzura.
un besito dulce

Tristancio dijo...

Un aroma de almendras me trajo...

Y nada, a por las luciérnagas, a por los bálsamos sanadores...

(tu casa sigue siendo igual de acogedora)...

Abrazo.-

Anónimo dijo...

Luciérnagas y duendes, ¿quién necesita más?

un saludo

Unknown dijo...

hay mil caminos o más

(jugamos al escondite)

para la sangre sólo hay uno:
el que lleva a quienes nos precedieron en una rueda
de molino persistente


y de quien se guarda un gen
o diez

y al final de ese camino
vuelve la sangre de los antiguos

Ismael cayó fulminado por el grisú
junto a la mula y tres más

la sangre se quedó cuajada
entre el carbón
y el mugido de las vacas de Orozá

hay mil caminos

(jugando de nuevo al escondite)

entre robles y castaños...