12 de junio de 2007

de domingo a lunes



No me preguntes
[no puedo responder]
porqué las ranas croaron tan fuerte
aquella tarde
cuando la hierba pintó de ámbar su cintura
y las mariposas se dejaron posar
(sobre su aleta)
en ese minuto extraño de domingo.

[Peces y almendras,
sandalias en espejos,
sueños que atraviesan
el tiempo]


No me preguntes
(no quiero responder, es evidente)
si las rarezas se esconden los domingos
detrás de los sofás y las cortinas,
ya que las puestas de sol desde el tejado
son un eterno amanecer a la osadía.

Sía: "Sunday"

18 comentarios:

Paz dijo...

a mí los domingos se me estiran como chicles.

En su momento me encantaron, cuando significaban patinar por la calzadade una calle anchísima y cortada al tráfico. Cuando eran de sombras de castaños en el parque.

Siempre marco un ritual para las tardes de domingo, un paseo, un café. Depende de la ciudad, depende de la época del año.

Tesa Medina dijo...

Las tardes del domingo pueden ser cotidianas o extrañas. Te puedes permitir una locura, una extravagancia, un poema de ranas o lo que quieras antes de iniciar de nuevo el orden de la semana.

En general, me siento en el sofá, con mi gata enrollada en mi regazo, las piernas estiradas y todos los periódicos y suplementos para leer a un lado. Eso las tardes de domingo cotidianas. Las otras, ah, las otras…

Besos,Amandine, y me encantó esa tarde maravillosa que dejaste reflejada en mi blog. ¿Por qué no la repites una tarde de domingo?

Unknown dijo...

jo, es que a mi me gusta preguntar mucho...será porque me gustan los atardeceres y los tejados?
Salud!

botas de agua dijo...

no me preguntes, no sé por qué, salí a pasear y decidí acercarme al río, hundir las sandalias en el agua y entre los peces, mientras las almendras se me escurrían entre los dedos y el vestido. no sé por qué. el río se convirtió en espejo y las almendras sonrieron a los peces mientras yo balanceaba los pies...

Anguel Restin dijo...

Y es cuando me dicen no cuando me dan ganas de preguntar...

-AR-

Anguel Restin dijo...

Y es cuando me dicen no cuando me dan ganas de preguntar...

-AR-

Txe Peligro dijo...

cotidiano y bonito.

bien!

todas las cosas que vienen me recuerdan a ti dijo...

Amandine, todo lo que leï de vos, hata ahora tiene el sabor agridulce del domingo, jamas pasa desapercibido.

Cuto dijo...

Los silencios del domingo también dicen a veces muchas cosas... no crees?

Besos

manolotel dijo...

Todo un descubrimiento este blog tuyo repleto de burbujas irisadas y luminosas. Te leeré con ganas.

Un abrazo tan fuerte como lo es tu poesía.

Anónimo dijo...

tan cerquita tuyo todo parece una caricia arropada.

sb dijo...

ains las tardes de los Domingos, son más lentas ¿verdad?, como si el tiempo tuviese miedo de deajarse caer por el sumidero que anuncia un Lunes más...

Un placer conoceros...

Unknown dijo...

Los caracoles se deslizan lentamente, atravesando muros de hierba y explosiones de agua hasta mi ventana y les doy un beso de buenos días a los primeros rayos de luz, guerreros, superviventes, envidiados de la luna y enviados por un sol que prefiere descansar hasta mañana.
Las suelas de mis zapatos cantan melodías histéricas haciendo suyo el ritmo de mis pasos y mis ojos se clavan en los paragüas que arrastran a ancianas enmohecidas por falta de uso, ahora, pasadas por agua.
Las burbujas de plástico hacen el papel de madre embarazada, los semáforos hacen huelga; ¿donde esta el rojo? y parpadean desesperados en azul violáceo mientras cogidos de las manos los muñequitos verdes guardan silencio por afonía crónica.
Las estatuas ecuestres siguen soñando con cabalgar hacia las mil batallas que se inventan cada noche y como triunfadores se colocan en posición, para enseñar al mundo el heroicismo de sus hazañas, y son las palomas, las que se encargan de darle un valor al tiempo, cagando en sus canas.
Y la lluvia cae horizontal. Hoy es Jueves.

Prefiero dedicarte este jueves. Los domingos aún me resultan demasiado agotadores. Te quiero Dada.

Alice ya no vive aquí dijo...

Hay preguntas que uno no puede responder, otras que no quiere. A mi los domingos se me suelen pegar a las suelas de los zapatos y me dejan a menudo un nudo en las cuerdas vocales. Son días que pesan, que agotan, que dejan bajo la mesa demasiados minutos por jugar.

Me saben a poco, se me escurren. Los domingos se me diluyen entre parpadeos.

Un abrazo muy fuerte

Gaby dijo...

Rarezas que sorprenden.
Sorpresas de mariposas.
Mariposas de domingo.
Domingo de parque.
Parque de sueño.
Sueño posible.
Posibilidad de rareza.
Rareza única.
Única entre un millón.
Millones de palabras.
Palabras de almendras.
Almendras de magia.

Magia pura...

(El sol sonríe.Yo sé que le encantan las terrazas)

Besos al sol
Sueños perezosos

G.

.JL. en los afelios dijo...

te eché de menos...

Betzabeth dijo...

me gustan tus domingos, tan llenos de ranas que aunque croen bajito, su sonido llega hasta el alma

botas de agua dijo...

Irene: después de oír hablar tanto de ti, tenía ganas de conocerte... impresionada por tus letras, ahora ya no me queda duda, los genes tienen la culpa... brutal:
"Las burbujas de plástico hacen el papel de madre embarazada, los semáforos hacen huelga; ¿donde esta el rojo? y parpadean desesperados en azul violáceo mientras cogidos de las manos los muñequitos verdes guardan silencio por afonía crónica." Besos de quien admira profundamente a la mujer que te precede en la línea familiar.
Amandine: miss you so. Disfruta ahora. Disfruta siempre.