12 de abril de 2007

My song



Aún puedo recordar la primera vez que el jazz me conmocionó las vísceras, como un empujón hacia el abismo de lo desconocido.






Mi padre puso una mañana en el tocadiscos "My song".



Recuerdo que en casa, mis padres se reunían con sus amigos y charlaban hasta altas horas de la madrugada..., escuchaban jazz y discutían sobre cuestiones de adultos que, lejos de comprender con aquellos escasos 5 años, ya me resultaban altamente atractivas.
Recuerdo la música y el humo, y a lo lejos, cientos de palabras que confluían, chocaban y se entretejían como hilos de colores, creando formas, mezclándose con las mil y una notas que coloreaban aquel cuarto de estar y que danzantes, sinuosas y seductoras se acercaban hasta mi dormitorio y tímidamente me susurraban sueños.
Recuerdo mirar la carátula de aquel disco, saborear cada esquina y deleitarme con los diálogos de aquellos instrumentos que parecían salidos de un mundo imposible.
Recuerdo los colores, las texturas, los sabores y la forma de cada esquina de aquella época.


Durante algún tiempo, lamentablemente poco, aquello fue la banda sonora de mi felicidad.

Puede ser por eso que quizás de modo inconsciente hoy siga buscando el jazz, el humo y el murmullo de conversaciones cada vez que puedo.
Y quizás por eso, cuando lo encuentro, dentro de mí vuelvo a sentirme esa niña, tan alerta a los sonidos y los acordes que siempre, cuando llegan, me hacen soñar...
todas las cosas que puedo llegar a ser... cuando sea grande...


"All the things you are" Keith Jarrett

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, eso sucede...
anoche mismo veía videos de Brel y Bob Dylan, es inevitable que me traigan hasta este pueblo nevado el rostro de mi padre.

Unknown dijo...

Vaya, el jazz es una de mis asignaturas pendientes...y me viene muy bien que me pongan ejemplos, para investigar esas melodías que sugieren mucha anarquía, que no tienen letras, para que nosotros podamos hablar.
Me gusta!

Salud!

Tierra dijo...

Ufffff. Me has devuelto de golpe a la juventud. Recuerdo esa carátula perfectamente entre mis discos de jazz. Ahora está perdida por esos mundos...

rfm dijo...

otra coincidencia, amandine... tendremos también los mismos sueños?

Francisco J. Rodríguez dijo...

Huuummm...

El Jazz es la música de "El lobo Estepario", maravillosa obra de Hermann Hesse y uno de mis libros favoritos.

Lo mejor que alguien te puede desear son sueños de Jazz, sonidos y ritmos salvajes que te agitan a veces y manos que te acarician y mecen otras.

un saludo ;)

amandine dijo...

Buenas noches a todos: contesto con retraso...lo sé, pero acabo de llegar a casa y antes de irme a dormir (ya me están esperando algunos de mis duendes), me apetecía comentar algunas cosas.

Mari; es posible que el jazz es lo único que le pueda agradecer a mi padre, pues todo lo demás desapareció. Ahora, después de tantos años, puedo llegar a la reconciliación de ambos... era inevitable...
Juan: puedo hacerte una lista inmensa de músicos y discos de jazz que considero increibles, pero la verdad es que lo que realmente impresiona es irlo descubriendo uno mismo.
Olvidate de que el jazz es anarquía...lo parece, pero no lo es. Puede sugerirlo, pero por debajo hay mucha tela estructurada...
Tierra: los golpes de juventud están siendo una constante en tí ultimamente...eh?? ;D

rfm: mucha coincidencia=mismos sueños? me gusta la idea... voy a soñar con eso esta noche...

pícaro: te recomiendo también algo de Cortázar si es que te gusta la mezcla de literatura y jazz (cosa que a mi me encanta)...

un beso y un sueño improvisado

botas de agua dijo...

Mientras leo tus posts, escucho siempre la música que has puesto (nunca antes, nunca después, siempre durante) y tus palabras suenan tan diferentes. Entonces, entre las notas azules, estoy pensando lo que voy a decir y mi mano se adelanta a los comments... y olvido que tengo que pedirle al ordenador que los abra en una ventana nueva... y la música se corta como un bofetón... tendré que aprender a automatizar ese proceso... para que la informática no me torture con ese interruptus infame...
Mi jazz también es de mi padre.
K. Jarret en uno de mis temas preferidos... qué puedo decir...
¿tú eres más bemol o sostenida?
Besos bemoles y sueños sostenidos...

amandine dijo...

qué puedo decir...
mientras escribo esto escucho el tema que yo misma colgué hace unos días.
Esta tarde, después de llegar de Madrid, mi amigo y músico gigante A. me ha recomendado que vaya a ver "Atlas de Geografía Humana". Le digo -sí? leí el libro hace tiempo..merece la pena la peli?-, me dice que sí y argumenta sobre el tratamiento de los personajes y culmina diciendo -además, el tema principal de la pelicula es "my song"-.

Él no había leído mi post.

Quería contártelo, no me digas porqué, quizás porque necesitaba compartir una de esas anécdotas tontas que últimemente me pasan con frecuencia. Hilos que tienen conexiones desconocidas y que nos llevan a descubrir lindos sueños sostenidos y bemoles.

Con respecto a tu pregunta te diré que cre que soy ambas cosas: sostenida y bemol (te queda a ti el trabajo de descubrir la alteración de cada parcela). ahora, tengo claro que no soy nada becuadro...

Un beso de buenas noches y "blue dreams"...

Anónimo dijo...

Estaba leyendo cosas y navegando entre blogs. Me he quedado atrapado en este, y me gusta.
Me ha encantado la idea de los hilos. La vida está llena de ellos, de estructuras delicadas y a la vez muy resistentes. Se me antoja la memoria de la vida como la de muchos hilos que se tejen, como las estelas en el mar de Machado. Las vives y se tejen. Las vas dejando atras y se desvanecen. Pero de repente algo sucede en tu vida, una casualidad, un recuerdo, un olor, un color o un sonido y reaparecen. Al principio delicadas, casi transparentes, intuitivas. Poco a poco se van haciendo tupidas y luego, se materializan con fuerza, emocionantes, casi reales como tus duendes.
Este cerebro nuestro es emocionante, capaz de las abstraciones más horrible y las más bonitas, y también de las concreciones más horribles, pero las sobre todo las más bonitas.
Soñar es fantástico, y de todas las formas posibles del sueño, la más bonita es la de la imaginación, el sueño consciente, que se nutre de la vida y proyecta la ilusión.