muy atinado lo que dijo tristancio. no lo había pensado así, no sé vos... de todas maneras, esos destinos, apenas tienen encuentros fugaces... y me pregunto, no será el amor eso? instantes? o tiene que ver más con destinos más "paralelos"?????? cada vez se menos del amor!!!!!!
«Mañana». La palabra iba suelta, vacante, ingrávida, en el aire, tan sin alma y sin cuerpo, tan sin color ni beso, que la dejé pasar por mi lado, en mi hoy. Pero de pronto tú dijiste: «Yo, mañana...» Y todo se pobló de carne y de banderas. Se me precipitaban encima las promesas de seiscientos colores, con vestidos de moda, desnudas, pero todas cargadas de caricias. En trenes o en gacelas me llegaban —agudas, sones de violines— esperanzas delgadas de bocas virginales. O veloces y grandes como buques, de lejos, como ballenas desde mares distantes, inmensas esperanzas de un amor sin final. ¡Mañana! Qué palabra toda vibrante, tensa de alma y carne rosada, cuerda del arco donde tú pusiste, agudísima, arma de veinte años, la flecha más segura cuando dijiste: «Yo...»
Pedro Salinas (La voz a ti debida)
Compartir contigo a Salinas, preguntarte si el mar y la playa se encontrarán mañana, en tan enorme y ansiado mañana, en que seré feliz de saberte feliz en tus eternos mañanas como si de siempres (y porque siempres son) se trataran. besos hoy besos mañana (besos de mar y de playa)
Escuchar el ruido cuando se unen estremece. Mar y orilla. Agua y arena. Siempre buscándose para un eterno baile de sentimientos. Es hermoso ver como acaricias la vida, tu vida.
10 comentarios:
Y se besan, eternamente, se besan.
Abrazo de espuma.-
Ufff...cuando tienes claros los sentidos, las palabras se pierden, dejan de ser necesarias..
Un beso,
Hilda
muy atinado lo que dijo tristancio.
no lo había pensado así, no sé vos...
de todas maneras, esos destinos, apenas tienen encuentros fugaces... y me pregunto, no será el amor eso? instantes?
o tiene que ver más con destinos más "paralelos"??????
cada vez se menos del amor!!!!!!
y yo pregunto, ¿mañana?
«Mañana». La palabra
iba suelta, vacante,
ingrávida, en el aire,
tan sin alma y sin cuerpo,
tan sin color ni beso,
que la dejé pasar
por mi lado, en mi hoy.
Pero de pronto tú
dijiste: «Yo, mañana...»
Y todo se pobló
de carne y de banderas.
Se me precipitaban
encima las promesas
de seiscientos colores,
con vestidos de moda,
desnudas, pero todas
cargadas de caricias.
En trenes o en gacelas
me llegaban —agudas,
sones de violines—
esperanzas delgadas
de bocas virginales.
O veloces y grandes
como buques, de lejos,
como ballenas
desde mares distantes,
inmensas esperanzas
de un amor sin final.
¡Mañana! Qué palabra
toda vibrante, tensa
de alma y carne rosada,
cuerda del arco donde
tú pusiste, agudísima,
arma de veinte años,
la flecha más segura
cuando dijiste: «Yo...»
Pedro Salinas (La voz a ti debida)
Compartir contigo a Salinas,
preguntarte si el mar y la playa
se encontrarán mañana,
en tan enorme y ansiado mañana,
en que seré feliz
de saberte feliz
en tus eternos mañanas
como si de siempres
(y porque siempres son)
se trataran.
besos hoy
besos mañana
(besos de mar y de playa)
Subes del mar, entras del mar ahora.
Mis labios sueñan ya con tus sabores.
Me beberé tus algas, los licores
de tu más escondida, ardiente flora.
Conmigo no podrá la lenta aurora,
pues me hallará prendido a tus alcores,
resbalando por dulces corredores
a ese abismo sin fin que me devora.
Ya estás del mar aquí, flor sacudida,
estrella revolcada, descendida
espuma seminal de mis desvelos.
Vuélcate, estírate, tiéndete, levanta,
éntrate toda entera en mi garganta,
y para siempre vuélame a tus cielos.
Hoy tu post me ha llevado a rescatar y compartir contigo estos versos casi olvidados de Alberti.
Un beso marino.
Escuchar el ruido cuando se unen estremece. Mar y orilla. Agua y arena. Siempre buscándose para un eterno baile de sentimientos. Es hermoso ver como acaricias la vida, tu vida.
navega hacia el horizonte, un punto de encuentro sin fin, un largo momento que otear.
un beso
verano.
verano sabe a melón.
y huele a mar.
Aunque sólo sea un sueño.
¿sólo?
Anhelo la mar cuando me alejo,
y acabo siempre en agua dulce
cuanto mas cerca la tengo,
ironías del destino,
jamas estaremos juntos.
Siento la tardanza en mi regreso,
mi mala cabeza es peor aún que mi mal asiento.
Besos de regreso y poesía,
abrazos de complacencia infinita.
Nadie como Miguel Hernández para poner con palabras sencillas lo que a otros les cuesta libros explicar...
Publicar un comentario