Circustancialmente ayer noche y no sé todavía porqué, muy de madrugada volví a abrir "2666", un libro que cuando lo leí por primera vez, ya hace más de un año, me impresionó brutalmente.
"2666" novela póstuma de Roberto Bolaño es, desde mi humilde punto de vista, una obra de arte literaria, imprescindible por lo que significa, por sus significantes, por lo que debe ser una novela en el estricto significado de la palabra, suma a partes iguales de ficción y realidad, porque su escenario es el universo entero y, sobre todo hoy, porque dedica uno de los 5 libros en que está dividida, "La parte de los crímenes", a una monomaníaca decodificación de los asesinatos de más de 240 mujeres de Santa Teresa (vinculado directamente al femicidio de Ciudad Juárez en el Estado mexicano de Chihuahua).
Y hace literatura del horror y, al hacerlo, conserva al mismo tiempo el honor de las víctimas y el honor de la literatura, encarando uno de los problemas morales menos transitables de la creación artística.
No es fácil su lectura. Pero sí, muy recomendable.
Casualmente me ha llegado esta mañana un mensaje al correo de Amnistía Internacional .
Pocas palabras puedo añadir; tan sólo, verdad y justicia para estas más de 427 mujeres asesinadas y desaparecidas; homicidios sin resolver, con un gobierno que no sólo no toma partido en el asunto si no que durante los últimos 10 años ha intentado tratar los diferentes crímenes como violencia común del ámbito privado, sin reconocer la existencia de un patrón persistente de violencia contra la mujer que tiene raíces más profundas basadas en la discriminación. La política de la desinformación y la falta de acceso a los expedientes han sido una constante. No se ha mostrado interés ni por sistematizar la información de los casos reportados ni por crear un registro de datos eficaz que facilite las investigaciones, la búsqueda y la sanción de los presuntos responsables de los crímenes.
"El femicidio es el asesinato masivo de mujeres cometido por hombres desde su superioridad de grupo. Tiene que ver con los motivos, con las heridas que se inflingen en el cuerpo de la mujer y con circunstancias sociales que imperan en ese momento. Para que se de, tiene que haber una complacencia de autoridades, personas e instituciones que están en el poder, llamémosle poder polítco, económico y social."
Julia Monarrez Fragoso, Sociologa del Colegio de la Frontera Norte